sábado, 13 de diciembre de 2008

13/12/08 - Ischigualasto

15:49 OE
Odio que haya tan poco tiempo para escribir, pero eso suele pasar cuando acampamos. En los días que vienen espero que no sea así, en Barreal vamos a dormir en cabañas. Voy a aprovechar este trayecto en micro para continuar.
Llegamos el 11 a Ischigualasto y empezamos a armar las carpas. Algunos afirman que somos nosotros los que atraemos la mala suerte climática, porque mientras estábamos en eso comenzó a llover una vez más. No tenía que llover, acá no llueve, y sin embargo esas pérfidas gotitas seguían dificultándonos la existencia, y nosotros corríamos, y clavábamos, y nos refugiábamos. Después me enteré de que había caído agua hasta en lugares que hacía 10 o 15 años sólo conocían la sequía. Pero nos manejamos, y las empanadas que Juan encargó compensaron un poco. Esa noche volvió a llover.
Al día siguiente escalamos el Cerro Morado, y pudimos apreciar una panorámica de 360º que abarcaba el Parque Nacional, Talampaya, y más. Fue inmensa la habilidad con la que Américo pasó de contar un cuento sobre la búsqueda de un tesoro en una grieta de la cercanía a detallar con precisión científica cómo naves extraterrestres con forma de cigarrillo buscan centros energéticos para aterrizar. No sé por qué Elo me dijo que soy un irrespetuoso. Sólo silbaba la música de los expedientes secretos X, y ella se reía.

Vista desde el cerro, y nosotros
18:08 OE
Después de cenar, esa noche caminamos unos 200 o 300 metros lejos del campamento para tirarnos en las piedras a ver la luna llena, que por fin se había dignado a mostrarse. Ahí Américo nos habló otro ratito, esta vez de chacras, buenas ondas, cosas por el estilo. Él es un hombre elocuente, tiene un estilo para contar las cosas que atrapa a las multitudes. Por lo que me contaron, la charla gustó a muchos. A mí no, o por lo menos no pude aprovecharla, simplemente porque no creo en esas cosas. Por supuesto que contar esto sólo me trajo rechazo, silencio. Me pregunto si me perderé de mucho en mi vida.
Hoy no pudimos hacer ni un cuarto del recorrido tradicional porque tanta agua (!) ablandó el terreno y nos perdimos de mucho, pero hicimos una preciosa caminata por el Valle de la Luna, que como Juan dijo parece otro planeta. Ahí tuve una breve conversación con Alan Z. que me dejó con bastante bronca. Américo había dicho que si los hombres no creen en algo son como animales, ante lo que yo protesté. Mi compañero me respondió de este modo: "Tenés que creer en algo, no podés ser tan escéptico". Lo fundamentó diciendo que tengo que dejar que todos crean en lo que quieren, y le respondí que creer uno y respetar a los demás son cosas totalmente distintas, que yo acepto todo tipo de culto, y no lo denigro. Pero no puedo creer, hace años que no creo en supersticiones, ni en OVNIS extraterrestres, en chacras, en centros de energía, en dioses, en milagros, y apenas si creo en nuestra existencia sólo por mantener un tiempito más mi cordura. No hay nada de lo que no dude seriamente. Las leyes de la naturaleza, en las que tanto baso mi versión de la realidad, son sólo un instrumento del aquí y el ahora que carecerían de sentido si viviéramos un sueño, por ejemplo. En mi mundo sólo es indudable el amor. Tengo, sin embargo, mi propia visión de la existencia. Pienso que no hay nada más allá de lo racionalmente explicable, y que lo sobrenatural es sólo lo que el hombre quiere ver en lugar de lo desconocido por comodidad. El hombre busca su comodidad, porque sin ésta se ve forzado a pensar, o teme pensar. Con algunas personas no puedo cruzar dos palabras sin que me digan que "no les venga con esas cosas". A mí me encanta venir con estas cosas. "No podés dedicar tu vida a averiguar el porqué de todo", me dijo Juanse hace un rato. Cuando le dije que en eso está parte de mi felicidad se le complicó mucho la charla y no quiso hablar más, argumentando que no quería hablar de filosofía. Eso que le contesté es mi gran pretensión. Será una locura de mi juventud, pero esa especie de aspiración a la divinidad mediante el pensamiento es mi sueño. A pesar de que sé de la imposibilidad de alcanzar un punto de llegada, mi objetivo es sólo acercarme a encaminarme a él. Así como yo respeto lo que creen otros (reconozco que quizás me fui de boca con lo de los OVNIS, pero pensé que el hombre nos cargaba), me gustaría encontrar lo mismo por parte de esos otros alguna vez, ya que hasta el momento sólo he encontrado rechazo, y eso no se siente nada bien. Qué lindo sería...

20:53 OE-Micro
Juan puso Works en el micro. ¿Sabe usted, lector, hace cuánto no escuchamos algo de verdad?

Las nubes desde el Cerro Morado eran muy bonitas

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