jueves, 4 de diciembre de 2008

05/12/2008

13:42OE-Micro, saliendo del hostel
Y llegó el momento de salir para San Juan. Hoy sólo cargamos el micro, pasamos por el centro y comimos. Mientras intentábamos cerrar la puerta luego de un rato de apretujar los bolsos para hacerlos entrar, no alcancé a divisar que inmediatamente en el borde de mis talones había una acequia un tanto profunda, y di un paso hacia atrás. Ahora tengo un corte de aprox. 5 cm en la pantorrilla izquierda, que fue tratado amablemente por Elisabet con merthiolate. Pero no fui el primero en caer en esos pozos del infortunio, Joaco se me anticipó. Igual no se lastimó. Afortunadamente, nunca falta un roto para un descosido.
No conozco San Juan, estoy ansioso por ir (¡esta noche vamos a la sinfónica!). A partir de estos días va a comenzar la parte más dura -y por tanto más interesante- del viaje. Sólo sé que vienen días de calor.
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Apartado especial: la estrategia del gordo

El gordo Lucio es un sujeto particular... digamos que apenas puede colarse en el baño de uno para hacer sus necesidades, lo hace. Resulta que anoche, mientras me preparaba para bañarme, tive que sacarlo por la fuerza dos veces. Hubo que establecer normas de seguridad para evitar el desastre: sólo Ramiro y yo estábamos autorizados a abrir la puerta. Para entrar había que responder determinadas preguntas y contraseñas, además de jurar que no estaba el gordo cerca. Esto sirvió para resistir otros 5 o 6 ataques. Sin embargo, me distraje vistiéndome, e Ian dejó pasar a Tempe, que había afirmado con ímpetu que estaba solo. ¡Qué horroroso fue descubrir, a las espaldas del traidor y tapado por una sábana, al vil enemigo, seguido por el niño problemas! El gordo, al grito de "¡el salto del ermitaño!", se abalanzó hacia nosotros, pero falló en el intento y se golpeó. La batalla duró unos instantes, al final de los cuales el gran estratega y su lacayo se retiraron. Tempe fue declarado persona no grata para la república. Es increíble que estrategias tan antiguas como la de los griegos en Troya sigan funcionando. * Buenos tiempos se avecinan, y todos amamos a San Parra.

*Cabe destacar la misericordia del gordo al devolvernos las llaves tras haber tomado la República en el medio de la batalla.

Si al lector le resulta desagradable o no entiende lo anterior no se preocupe: así como la vida, este texto no tiene un sentido porque no tiene por qué tenerlo. Escribí esto en el viaje entre Mendoza y San Juan con el objeto de rescatar un momento grandioso como fue el asalto del gordo Lucio, pasar el rato, y reirnos un poco. Si el lector considera inapropiado romper un poco con el estilo de este blog, puede hacerse uno propio sólo para insultarme :) .
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17:33-San Juan-INPRES
(notas)

19:56-Micro
Escribo apresurado porque ya nos estamos yendo al teatro. Increíblemente estamos bien vestidos.
No esperaba mucho de la visita al Instituto Nacional de Prevención Sísmica pero me sorprendió. La verdad, desconocía por completo la importancia del trabajo de estos tipos: si no fuera por ellos y las investigaciones que los precedieron, miles de vidas se hubieran perdido en el último gran temblor. Sin embargo, murieron 60 personas, que en su gran mayoría padecía de problemas cardíacos. Esto se debió a que después del anterior, que se llevó más de 10.000 ciudadanos y destruyó casi gran parte de la capital, tuvo que reconstruirse todo por completo, siguiendo las normas de prevención del Instituto. El resultado: ahora cada hogar está preparado contra esos malditos sismos.
Yo no veo la necesidad de volver a la edad de piedra. Al fin y al cabo, los avances también son para ellos, los mismos que dicen que el hombre de ciencia sólo sirve para mirar cosas que se mueven a la velocidad de la luz. De todos modos, a ellos los rigen las mismas leyes contra las que arremeten con tanta ceguera.

(Escribí esto algo enojado, luego de volverme un poco loco con las cosas fantásticas que había ahí adentro y de escuchar a Juanse decir de todo de las ciencias exactas y naturales)

21:01OE-Auditorio Juan Victoria-San Juan
La sala donde en media hora vamos a presenciar la Orquesta Sinfónica de San Juan es una verdadera maravilla. Al sentarme me dio la sensación de estar dentro de una gigantesca caja de resonancia de guitarra. Y de hecho lo es, el techo es flotante con esa función. Cada milímetro está rigurosamente planeado por expertos sonidistas, gracias a lo que se puede escuchar en la otra punta el zumbido del privilegiado mosquito que se pasee por ahí. Esos fanáticos de los numeritos no sirven para nada (Juanse está al lado mío). (Esto último fue para joder a Juanse, que estaba al lado leyendo mientras escribía, pero se ve que me molestó tanta superstición)
Al fondo hay un órgano enorme de tubos incontables, y paro porque ya empieza =)

Era como estar dentro de una guitarra.

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