sábado, 6 de diciembre de 2008

06/12/08

9:58OE-Habitación del Hostel
No me importa cuando, prometo volver.

Mi entrada queda en el librito, así de grande lloro
10:00OE
No encontré las palabras para describir cómo sonaba Esa orquesta en uno de los auditorios con mejor acústica en el mundo. Me encantaría de corazón que cada persona tuviera la oportunidad de escuchar esas cuerdas que acarician al expectador, esos vientos que se quejan. Fue un espectáculo tan escalofriante que no me importó la larga caminata bajo la lluvia para llegar a cenar a la 1 menos cuarto de la mañana.

Ese concierto.

Más tarde (olvidé tomar la hora)
(Notas, celda histórica de San Martín)

Foto con los chicos y Juan en la campana del convento

15:11OE-Micro
Un poco de agua y soy feliz. Inesperadamente, comenzaron las caminatas bajo el sol apremiante con una marcha de hora y media desde el hogar natal de Sarmiento. Esta visita y la anterior, a la Celda Histórica donde San Martín pasó unos días, fueron pobres en explicaciones, pero rescato la experiencia de estar en lugares así. En la celda no había mucho para decir, es cierto. El problema en la casa de Sarmiento fue que nos tocó la desgracia de ser orientados por una guía incivilizada, gaucha y federal, a la que habría que confinar en una institución de la más selecta Elite Europea para que recibiera algún ínfimo ápice de la gran fuente de luz que es la Ilustración. Hablando en serio y dejando de lado el lenguaje sarmientino, a la charla le faltó mucho.

Estaba prohibido sacar fotos en interiores, pero la regla no
decía nada sobre sacar fotos desde afuera hacia el interior.
El telar de la madre de Sarmiento.

15:43OE-Museo Arqueológico
(Notas)

17:18-Micro
Las momias no saben que les sacamos fotos. Y a nosotros no nos molesta. Gente muerta que alguna vez vivió, sintió y amó no nos causa demasiada impresión, porque la carne muerta no impacta al ser humano cuando no parece haber vivido. Al menos no lo suficiente para no fotografiar. Todos, sin embargo, resultamos en cierta forma afectados al pensar en lo que pueden haber sido estas personas, en qué les puede haber pasado finalmente, si tuvieron familia... siempre queda en el fondo un mínimo de humanidad.
Sigo sin saber cuál fue el motor de esa extraña inercia que me impulsó a archivarlas en mi cámara.
Thriller.
(Nano entre dos momias)

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